sábado, 12 de octubre de 2013

Pequeñas estrellas.

Era de noche, estaba en el campo, levanté la cabeza para ver esas pequeñas estrellas. Y ahí estaban, brillantes como todas las noches, orgullosas de poder estar ahí arriba, alumbrando  la gente. Y en ese momento pensé que a lo mejor yo algún día podría ser la estrella de alguien, ser su luz, ser quién le alumbre cuando todo está oscuro, ser la que le haga reír cuando alguien la inunde un un mar de sus propias lágrimas. Porque al fin y al cabo siempre tienes un estrella  tu lado, y si no la tienes ten paciencia porque llegará, y quien sabe si tu estrella algún día necesite cambiar y que de vez en cundo ses tú su estrella, porque al fin y al cabo somos personas, y aunque queramos ser estrellas necesitamos a alguien a nuestro lado.

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